-Nadie vuelve del bosque...
-Ya, dejad la broma, hemos cruzado todos,
estamos dentro, no nos ha pasado nada, no es gracioso - dije intentando hablar
con el farolillo entre los dientes.
Lucy colocó su pálida mano en el metal de
hierro y abrí la boca dejándole caer, ella lo sujetó y lo alzó para los cuatro
- No es una broma, ya te lo hemos dicho Nina- contestó con calma - Te has
dejado marcas en la cara por cogerlo con los dientes- agaché la cabeza algo
avergonzada - Deja- pidió y limpió parte de mis mejillas con su pulgar.
- ¿Qué es lo que quieres hacer aquí? Ya lo
hemos cruzado, venga vamos a darnos la vuelta- Cora hizo un llamamiento a la
cordura.
-Quiero simplemente pasear, explorar, ver si
la nieve ha bajado hasta el principio del bosque, quiero todo- dije subiendo y bajando
los hombros.
-Vale, muy bien, mañana al amanecer te traigo
hasta un caballo si es necesario, te juro que te subo a la montaña en trineo,
te construyo una casa en la cima, ¡Lo que sea! Pero por favor, ¡Vámonos ahora
mismo!
-No se trata de eso- negué - Ustedes, vosotros,
es decir, todos los que vivís aquí, podéis hacer eso cuando queráis, pero yo no
vivo aquí y antes del amanecer me voy para no volver, ¿entendéis? Nadie os
obliga a seguirme, vosotros podéis hacer lo que os venga en gana, pero yo elijo
vivir.
-Cora, no lo intentes más no cambiará de opinión.
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