Listaa

martes, 30 de diciembre de 2014

Página 162.

—No es para tanto.
—Si lo es.
—No digas tonterías. —Se acercó a besarme—Te voy a manchar de pintalabios.
Se quedó pensativo— Un hombre tiene que aceptar ciertos riesgos en un momento de su vida. — Me enseñó su antebrazo y sacó musculo para hacerse el fuerte.
—Ya veo tus riesgos— me reí sinceramente y le besé. Y así es, le deje los labios perdidos.
Durante el camino le conté lo que mis hermanas habían hecho y lo bien que me lo había pasado recogiendo todo. Cuando llegamos eso estaba a reventar. Música, playa,  chicos, sexo, bebidas, tabaco, drogas, amigas, y mucha guarra suelta. Había venido gente de más pueblos sólo para esta fiesta. Santo dios, a mi hermano le debió costar prepararla.
Me junté con las chicas y Edgar se alejó un poco para contarles a sus amigos el puente que había pasado en Poveglia.
Se acercó Kim y me señaló a Edgar—¿Sabes qué está haciendo ahora mismo? Contar que ha follado contigo para hacerse el machote y que los demás le aplaudan. Y créeme, no escaseará en detalles con ellos, puede hasta que se invente cosas sólo para quedar bien ante ellos.
—¿Tu crees? — me preocupé un poco.

—Está claro, es lo que hacen todos los chicos.

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