—¿Sabes que
él está ahora fallándose a otra? —Me cambió la cara, él sabía que eso me había dolido—Nina me
he pasado…Perdón—Me levanté y me fui alejando de él. El vino tras mí. —Nina, joder perdón.
—¿Para eso
me querías traer aquí Diego? ¿Enserio? ¿Solo para ver si colaba y acababas el puente
follando? Déjame, joder, por un momento pensé, pensé, que me querías ayudar.
—Y eso
quiero…perdóname.
—Yo no tengo
nada que perdonarte. Absolutamente nada, porque tú y yo no somos, ni nunca
hemos sido nada, así que ahora por favor vete. —Bajé del acantilado y me fui a
casa sin hacer mucho caso a la fiesta. Había sido un día muy largo, y lo único
que quería era dormir y que todo el mundo me dejase en paz.
De un día a otro
había perdido todo lo que era importante para mí.
Adiós Edgar.
Adiós Diego.
Adiós Carla.
Adiós Ulisse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario