Listaa

jueves, 27 de agosto de 2015

Página 310.

La piel que había tatuado se quedó de un color rojizo y yo intenté comprender la caricatura que tenía expuesta en el brazo. No estaba terminada y era difícil de descifrar, aún más cuando le colocaron un plástico al redor. Se colocó la camiseta y después la chaqueta y no pude ver mucho más. Habíamos pasado allí dos horas.  Cuando salimos de la tienda ya se había ido la luz solar y el viento amenazaba con volver a despeinarme. Salí y Edgar me condijo hacia un restaurante que estaba bastante lleno.
Una chica nos condujo hasta una mesa vacía y yo me senté, él hizo lo mismo en frente mía.  Retiré la carta con desgana cuando me la dieron —No tengo hambre.
—Nina, no has desayunado, ni comido— me dio de nuevo la carta y pedí lo menos pesado que encontré.
Comí despacio, sin saborear mucho lo que tragaba mientras Edgar comía con ganas. De lo único que tenía ganas era de beber. Pedí una cerveza, algo nuevo por mi parte.
—¿Te estás haciendo la dura? — se rio de mí.

Me lo tomé como un juego y le reté. Pedí dos dedos de whisky escocés —Sólo me estoy haciendo la dura— le sostuve la mirada mientras movía en círculos el líquido de color marrón en el vaso. Me estremecí cuando el alcohol bajó por mi garganta pero no dejé que él lo viera. Tiré un poco cuando él no me estaba mirando, realmente prefería fumar a quemarme la garganta. Me decanté por tomar Nestea y dejar el alcohol a quién lo soportase. Edgar tenía los brazos por detrás del respaldo apoyando su peso en sus hombros mientras me miraba como si no hubiese otra cosa qué hacer.

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