Fui directa
a la tienda de Tom a comprar cigarrillos, no me entretuve. Salí de la tienda y
me fume uno, lo necesitaba, llevaba horas sin fumar. Llegaba tarde como
siempre, quedábamos siempre cerca del límite del pueblo para poder fumar sin
que nada ni nadie nos molestase. En el fondo salir estaba bien. Encontrar un
rato en el que no pensar y pasarlo bien con tus amigas. Además con un porro que
otro de por medio se ve todo diferente. Hacía una tarde nublada y el suelo
estaba mojado. Llegue y salude a todas con un beso en la mejilla.
Bianca
empezo a liarse un porro mientras que nosotras nos sentabamos, cuando estábamos todas calladas
aprovechó para decir.
—¡Nina es
una pellera!
—Eso, eso.
—animó Cristina.
Me reí y di
una calada. —No me jodáis.
— ¿Mañana
vas?
—Sí, los
hijos de puta han llamado a mi casa.
—Cabrones,
¿Y qué has hecho esta semana que no has ido? ¿Estar con el novio?
—Nina tiene
novio, uuuh—Entonaron todas
—Yo no
tendré novio en mi vida. —
Me reí.
—Sí, sí, por
eso te vi el martes “compartiendo” saliva con uno en la playa.
—Uiii, uiii—
dijo Carla
—Que va,
ando jodida ya sabéis.
— ¿Por el
ser inerte ese?
Me hizo gracia
como le llamo—Exacto. —Di
otra calada y se lo pase a Eva
—Edgar
preguntó por ti— soltó Laura.
—¿Enserio?
—Si tía.
—¿Qué dijo?
—Nina se
interesa, uiii uiii. —
se rio Bianca. Bianca y yo siempre estábamos de coña, ella era genial.
—Dijo que
dónde estabas.
—Bueno, y es
verdad— intervino Calpurnia— ¿Dónde coño te has metido?
—No tenía
ganas de ir, estuve haciendo lo que quería.
—Hija de
puta.
Se rieron
todas. La tardé paso breve, es verdad, salir me hacía entretenerme un poco, me gustaba, pero saber que mañana era lunes me hacía deprimirme, era algo así como
una tortura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario