—¿Tú qué harías si fueses yo?
—Valorarme ¿Sabes? Cuando lo dejaste de hacer tú, lo dejé de
hacer yo. ¿Y si ni una misma se valora quién lo va a hacer?
Se quedó mirándome. Ni si quiera sabía porque estaba teniendo
esta conversación, sólo sabía que las palabras salían solas.
Tenía los ojos marrones más bonitos del mundo a la luz del
sol.
—Dijiste que si me volviese a acercar seguramente te apartarías
—Dijiste que si me volviese a acercar seguramente te apartarías
—Sí—esperé a que terminara la frase.
—Bien. Quién no arriesga no pierde pero tampoco gana.
Se acercó un poco más a mí. Mi cabeza decía “coño, Nina,
vete.” Pero todo lo demás “Quédate”. Me quede quieta.
Se acercó un poco más, un poco más y recordé el poema de mi
pesadilla “al alcance de mi boca, a un beso de distancia” ¿Era eso lo que me
quería decir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario