Me interrumpió y dijo—Quieres saber de qué te quería hablar,
¿Verdad?
—Sí— Di una calada y se lo pasé.
—Era justo lo que necesitaba— se llevó el cigarrillo a la
boca y le dio una calada leve pero cargada. — Bueno, pues el motivo—me volvió a pasar el cigarro.
—Ajá…
—Es que te quiero.
Le miré, no sabía que responder, así que dije lo primero que
se me pasó por la cabeza— Pues estás jodido. —
—¿Jodido por qué?
—Porque soy yo.
—Ya, ya sé que eres tú.
—Pero tú quieres a todas, tranquilo— bebí del café.
—A ninguna como tú.
—Ya— Mire a la arena del suelo— No te lo tomes a mal, yo
también te quiero.
—¿De verdad? Si dijiste que no hace pocos días.
—Mentí, yo no olvido tan rápido Edgar. — dije mirando al mar.
Sacó un cigarrillo y lo prendió. Se tomó su tiempo hasta que
volvió a hablar.
—¿Por qué te apartaste el otro día? —No dije nada—¿Si lo volviese hacer
te apartarías?
—Seguramente. — contesté de forma fría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario