Listaa

viernes, 20 de noviembre de 2015

Capítulo 629.

-Vaya...- exclamó ella con la boca abierta- ¡Debe ser maravilloso!
La camarera vino mordiéndose el labio -Perdonen mi hija siempre molesta a todos lo que pasan por aquí preguntándoles de dónde vienen - negó y tiró del brazo de la chica que se bañaba desnuda en el agua.
-¡Mamá! - se quejó.
-Tranquila, no está haciendo daño a nadie- ahí estaba mi hermano tan considerable como siempre, rodé los ojos. -Y ya que está usted aquí aprovechó para pedir.
La chica que antes lucía desnuda me miraba- ¿Qué? - pregunté.
-Cuéntame más.- pidió
-¿Alguna vez has visto unos ojos azules que parecía que brillarían hasta cuando se apagase la luz? - asintió -Ese es color del mar- corté. - ¡Ercole! - me quejé -  ¡Deja de pedir tanta comida, yo no me comeré ni con un cuarto del cuarto de la porción! - hizo un signo de deje para que le dejase en paz y negué.
-¡Mamá, tráeme a mí también la comida! - ah, vaya, que pensaba quedarse a comer en nuestra mesa - Por favor- pidió, como siempre. Su madre miró a mi hermano, luego a mí y se posó en ella, asintió dándonos el perdón con la mirada y yéndose.
-¿Eres de por aquí?- preguntó mi hermano.
-Sí, vivo aquí, estoy cansada de siempre ver lo mismo, aunque pasan un montón de personas diferentes cada día, pero ya sabes, la montaña, el frío, el río, ya me cansa, no hay amigas con las que salir ni fiestas a las que acudir por aquí, cada vez que salgo...- cogí aire - Me paso una hora de viaje para llegar a la ciudad, y cuando vuelvo borracha, y me paso una hora en coche, acabo dejando la alfombrilla para meterla en un ataúd y no querer saber de ella en la vida- asintió decidida, trajeron la comida, y mi hermano pareció hacerle caso, la chica era guapa, no lo podía negar, pero hablaba tanto, tanto, taaaaaaaaanto. - Y cuando tenía cinco años me enseñaron a pescar con una red super ...- me golpeé la frente rogando porque se callase, me estaba levantando dolor de cabeza.
Menos mal, que, al final, se acabó el maldito plato, casi tiré de mi hermano para irnos de allí- ¿Qué sucede, Nina?
-Estamos en una montaña, rodeados de silencio, y esa chica no para de mover su boca, una y otra vez, y otra y otra y otra...

No hay comentarios:

Publicar un comentario