Pensé que me iba a contestar, pero a cambio de
eso recibí una bola de nieve en la mejilla -¡Estamos en la nieve, estúpida! -
dijo tirándome más y miré a mis pies. Era nieve, nieve de verdad. Sonreí
emocionada. Me dejé caer en el suelo -Nina, ¿estás bien?- se acercó corriendo -
¿Te di demasiado fuerte? - me reí por mi elaborada táctica de hacerme la herida
y le tiré un gran montón en la cara, para luego coger más y restregársela
mientras él decía algo poco entendible.
-¡Caíste!- comenté intentando ponerme en pie,
no conté con la pierna, ¿cómo jugaba a las peleas en la nieve sin una pierna?
Él se quitó la nieve sobrante de la cara y le miré a los ojos, sus pestañas
estaban cubiertas por pequeños copos de nieve blancos que remarcaban su piel, y
en sus labios, ahora terriblemente teñidos de rojo había una sonrisa de
suficiencia. Venía a por mí, yo lo
sabía.
Se tiró encima de mí y rodamos por la
pendiente en una pelea cariñosa. Golpeé mi cabeza con una roca escondida y en
vez de llevarme las manos a la cabeza me reí. - Me he mordido el labio- reí más
alto. Creo que estaba paranoica o que necesitaba soltar toda la risa que
durante un mes me había guardado.
Le sonreí ampliamente - Tienes los dientes
rojos- comenzó a reírse a la par y escupí encima de la nieve dejando un rastro
rojo de mi A.D.N
Mientras yo me reía de que me caía la sangre
por la barbilla y mi hermano se golpeaba la cabeza contra un árbol para sangrar
por la nariz y dejar su marca también el bosque, las horas pasaban y todo
parecía un poco mejor.
Me tumbé agotada de tanto esfuerzo y él lo
hizo a mi lado. Nos miramos y nos echamos a reír, él tenía sangre en una de las
fosas nasales, el río continuaba por su mejilla y terminaba en su oreja- Sigues
teniendo los dientes rojos- reí más fuerte y él me imitó.
-Es genial, ¿no crees? - dije mirando al cielo
grisáceo y extendí mis brazos despreocupadamente entrando en contacto con la
nieve.
-Sí, lo es- me miró- Los rasguños de tu piel-
tocó mi cara- Junto con los hematomas- se dirigió a mis brazos - Y la sangre, es genial, sí lo
es- sonrió y desvié mi mirada para verle, ahora descansaba su mejilla sobre el
frío puramente blanco - Le sientas bien a la nieve- asintió y rodé los ojos sin
creerme sus piropos.
Volví a mirar al cielo - Creo que este es buen
sitio, porque no podrás escapar.
Le miré confusa- ¿De qué hablas?
-De la conversación que has estado evadiendo
todo este tiempo- dijo con seguridad y me giré ya para verle - Te van a operar
de la pierna Nina.
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