Listaa

martes, 3 de noviembre de 2015

Página 620.

Pensé que me iba a contestar, pero a cambio de eso recibí una bola de nieve en la mejilla -¡Estamos en la nieve, estúpida! - dijo tirándome más y miré a mis pies. Era nieve, nieve de verdad. Sonreí emocionada. Me dejé caer en el suelo -Nina, ¿estás bien?- se acercó corriendo - ¿Te di demasiado fuerte? - me reí por mi elaborada táctica de hacerme la herida y le tiré un gran montón en la cara, para luego coger más y restregársela mientras él decía algo poco entendible.
-¡Caíste!- comenté intentando ponerme en pie, no conté con la pierna, ¿cómo jugaba a las peleas en la nieve sin una pierna? Él se quitó la nieve sobrante de la cara y le miré a los ojos, sus pestañas estaban cubiertas por pequeños copos de nieve blancos que remarcaban su piel, y en sus labios, ahora terriblemente teñidos de rojo había una sonrisa de suficiencia. Venía  a por mí, yo lo sabía.
Se tiró encima de mí y rodamos por la pendiente en una pelea cariñosa. Golpeé mi cabeza con una roca escondida y en vez de llevarme las manos a la cabeza me reí. - Me he mordido el labio- reí más alto. Creo que estaba paranoica o que necesitaba soltar toda la risa que durante un mes me había guardado.
Le sonreí ampliamente - Tienes los dientes rojos- comenzó a reírse a la par y escupí encima de la nieve dejando un rastro rojo de mi A.D.N
Mientras yo me reía de que me caía la sangre por la barbilla y mi hermano se golpeaba la cabeza contra un árbol para sangrar por la nariz y dejar su marca también el bosque, las horas pasaban y todo parecía un poco mejor.
Me tumbé agotada de tanto esfuerzo y él lo hizo a mi lado. Nos miramos y nos echamos a reír, él tenía sangre en una de las fosas nasales, el río continuaba por su mejilla y terminaba en su oreja- Sigues teniendo los dientes rojos- reí más fuerte y él me imitó.
-Es genial, ¿no crees? - dije mirando al cielo grisáceo y extendí mis brazos despreocupadamente entrando en contacto con la nieve.
-Sí, lo es- me miró- Los rasguños de tu piel- tocó mi cara- Junto con los hematomas- se dirigió  a mis brazos - Y la sangre, es genial, sí lo es- sonrió y desvié mi mirada para verle, ahora descansaba su mejilla sobre el frío puramente blanco - Le sientas bien a la nieve- asintió y rodé los ojos sin creerme sus piropos.
Volví a mirar al cielo - Creo que este es buen sitio, porque no podrás escapar.
Le miré confusa- ¿De qué hablas?

-De la conversación que has estado evadiendo todo este tiempo- dijo con seguridad y me giré ya para verle - Te van a operar de la pierna Nina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario