Golpeé el cristal con mis uñas aún algo
anodada con el objeto y dejé que el tiempo pasara, hasta que mi hermano hizo
que la lumbre surgiera y mantuviese un ritmo adecuado - Hey Nina, yo me voy a
dormir...estoy tan cansado- dijo rascándose la nuca, asentí, sentándome en la
alfombra cerca de la lumbre con mi objeto favorito de la habitación y mi
hermano se dejó caer sobre el colchón sin ganas de nada.
Miré por la ventana, debajo de los sofás por
si me encontraba dinero o algo nuevo, encima de la chimenea, incluso debajo del
colchón intentando no despertar a mi hermano, ¿Que qué encontré? Cuatro
envoltorios de preservativos abiertos.
Cansada de la habitación, cogí aire, el
pequeño faro entre mis dientes a falta de manos, y salí de la habitación,
seguía nevando, pero de forma muy débil.
Un paseo nocturno no haría daño a nadie,
caminé con ayuda de las muletas y me decanté por ir de nuevo hacia el puente,
básicamente había desaprovechado mi oportunidad de esta tarde al quedarme
dormida. No tenía ningún tipo de sueño a estas horas.
Bajé por el camino recordado y giré para darme
con la entrada de él unos metros más alejados.
Tres personas caminaban hacia esa dirección,
pensé en irme, pero algo me hizo quedarme.
Los chicos se empujaban unos a otros, pude
distinguir que eran dos, y una chica, con un poco más de tiempo, me di cuenta
de que era la pirada que se bañaba desnuda y con gusto en el río - ¡Eh, chica
de las muletas! - me saludó. Solté mi linterna antigua de entre mis dientes y
dejé que colgase de mi mano.
Los chicos eran iguales, gemelos, hermanos, no
les distinguía - Yo soy Cody.
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