Diego.
Al
día siguiente no fui al instituto ¿para qué? Sabía perfectamente que Edgar no
iba a ir y que Carla estaría metida en su cama con los ánimos por el suelo. Así
que decidí que a lo de la mañana haría tres simples cosas: Una; dormir. Dos;
discutir con Diego. Tres; cuidar a Carla.
Me
quedé satisfecha con lo que había planeado y me volví a quedar dormida
*
Cuando
desperté me lo tomé con calma, bajé despacio y me vestí también despacio. Tenía
todo el tiempo del mundo para hacer que Diego se pensase las cosas antes de
escribirlas. En cierto modo me recordaba a mí, yo no pensaba las cosas antes de
hacerla y luego ya me venían las consecuencias todas juntas.
Fui
de camino a la tienda de Tom entretenida escuchando música en el i-pod. Entré
en la tienda y me desconcerté, no estaba Diego, estaba Tom.
—¿Qué
quieres Nina? Bueno, no sé ni para qué pregunto si ya lo sé.
—No,
no quiero tabaco ¿y Diego?
—Está
en el instituto— claro, ¿cómo podía ser tan estúpida? —Pero de todas formas no
va a volver a trabajar aquí.
—¿Por
qué?
—Cumplió
mi baja, nada más. ¿Qué pasa, os hicisteis amigos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario