—¿Segura?
—Sí
—Prométeme
que esta tarde no te vas a meter nada—negó y se la volvieron a caer las
lágrimas—Por favor—lloré. —Lo haremos
así, ¿vale? Llámame el día que sea, a la hora que sea, estaré para ti. Vas a
superarlo, porque siempre has superado todo y esta vez lo haremos juntas—asintió
no muy decidida—No te voy a quitar todo de golpe, porque te será imposible,
pero cada día tomarás un poquito menos y cuando lo hagas estaré contigo—bajó la
mirada—Carla, Carla necesito saber que estás conmigo, que esto es así, que me
lo vas a prometer.
—No
sé si podré contenerme ¿Y si te pego alguna vez Nina? ¿Y si no me controlo?
La
hice callar—Seguiré estando aquí por mucho que me hagas, ¿sí? —asintió—Por favor descansa, te prometo que
estaremos bien, las dos. — la di un
beso e intenté tranquilizarla hasta que Edgar llamó a la puerta.
—¿Seguro
que quieres que me vaya?
—Sí.
—Sí.
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