Listaa

viernes, 4 de abril de 2014

Página 80.

Sonaban animales, seguro que allí nunca dormía nada por completo. No existía el silencio, pero en esa situación me tranquilizaba.
Mire a mi alrededor, jugaban los colores marrones y verdes, pero también el gris. Nos tiramos sin hablar todo el camino pero me alivió que me dejara sentir todo eso tan fuerte. Era como un paraíso para mí. 
Cruzamos otro tramo más y salimos a algo así como un prado con una casa en el centro.
—¿Te gusta?
Asentí. Se dirigió a la puerta que estaba entrecerrada, no tenía cerradura.
—La encontré con mis amigos hace un tiempo, venimos a fumar aquí, nunca había traído a una chica antes.
—Es genial.
Me dejo pasar a mí primero. Estaba en ruinas, lleno de piedras, había un colchón en el centro de la sala tirado en el suelo y un sofá viejo en una esquina, unos cuantos muebles y absolutamente nada más.

—No es mucho, pero está bien. A la planta de arriba no se puede subir, se cae a cachos. — se rio y me llevo hasta la cocina. Había una nevera y un grifo lleno de polvo—No sé como pero hay luz y agua—siguió explicándome. Abrió un armario y sacó dos toallas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario