Puse los ojos en blanco. Cogí mi ropa
y la suya y traje un mueble cerca del fuego.
—¿Qué haces?
Empecé a colocar la ropa encima del
mueble, me quité las zapatillas y también las puse. —Bueno, tú sabes hacer
fuego y yo lo aprovecho para que se seque la ropa.
—Si te prefiero así tonta—le di un
codazo. —¿Sabes? Deberías
quitarte toda la ropa, para que se seque digo.
—¿Para que se seque, no?
—Sí, sí. —dijo sonriendo.
—Eres inútil.
—No, ahora de verdad, quítatelo, no
miro lo prometo—se levantó y saco otra toalla. —No tengo ningún modelito pero si te vale… —
En realidad tenía razón, no me
convenía una mierda tener la ropa mojada encima. —Vale—dije a regañadientes, odiaba que tuviese razón.
—Como mires te juro que te
mato.
Sonrió y se dio la vuelta, lo intenté
hacer lo antes posible y cuando termine me hice un nudo a la toalla, llevé la
ropa que faltaba y también la puse encima del mueble.
Mas mas mas, por favooor. Eres adicción.
ResponderEliminarDesde que te conozco en twitter, que puedo decir que es bastante tiempo, siempre me ha gustado tu forma de ser, me gustaba bastante leerte por mi TL.
ResponderEliminarPero desde que pusiste la URL de tu blog, vivo enamorada de tu forma de escribir, transmites lo que los personajes sienten de una manera increíble, y eso lo consiguen pocas personas.
Ojalá algún día pudiese llegar a escribir tan bien como tú, yo también tengo un blog, pero no considero que escriba bien, simplemente plasmo mis sentimientos sobre las teclas.
Sigue así porque puedes llegar muy lejos.
Un besito.