Listaa

sábado, 12 de abril de 2014

Página 127.

—Ajá.
—Sobre mí. Sobre mí pasado. ¿Tú tendrás tú historia, no?
—Toda persona que sube sola a un acantilado a pensar tiene una historia. Diego ¿Cuál es la tuya?
Se sentó y le imité—Verás, ¿por dónde empiezo?
—Por el principio.

—Nunca he tenido una vida fácil, podría decir que incluso ha sido arriesgada. Tampoco nunca me ha gustado seguir las normas, así que supongo que me he ganado cada consecuencia. He dado todo y no he recibido nada a cambio. Desde pequeño anduve buscándome la vida porque nunca me han puesto nada en bandeja. Cuando iba al colegio se metían conmigo, ¿Sabes? —giró la cabeza y me miró directamente a los ojos. Tenía una mirada inexpresiva— Era el único al que no le gustaba jugar en grupo, prefería estar solo en un rincón mirando al cielo. Pero la época del colegio pasó, entré al instituto—hizo una pausa—solo. Sin amigos, cómo había estado durante toda mi vida. Yo intenté decírselo mil veces  a mi madre pero ella no estuvo para cuando la necesité. Las cosas siguieren, ahora tengo amigos, sí, pero yo me sigo describiendo cómo el chico raro de la esquina. Me enamoré—hizo una mueca, miró al frente y sonrió amargamente. — me enamoré—repitió cogió aire y se dispuso a proseguir— cómo nunca había echo, ya sabes el primer amor, el que más duele. Y un día simplemente se fue, y me dejó ahí…tirado en el suelo…tenía en una mano la más cierta idea de que quería morirme y en la otra mano sólo había sus mentiras. —paró. —Te he resumido por encima mi vida. ¿La tuya?

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