—¿Qué intentas hacer? — metí la cabeza en el agua y vi
algunos peces ¿Cómo sería eso de nadar sin asfixiarte? Ahora quería ser un pez.
Uno bonito, o temido, un tiburón por ejemplo, o un delfín. Nina, ¿Qué coño
estás diciendo? Eso son mamíferos. Me sentí idiota por discutir conmigo misma.
Saqué la cabeza.
—Intento llegar al fondo.
—¿Para qué?
Me encogí de hombros.
—¿Quieres ver lo que hay?
—Supongo.
Cogió aire y se sumergió, esperé en
la superficie y a los treinta segundo sentí su mano en mi pie, me arrastró
hacia abajo y el subió. Volví a impulsarme hacía arriba.
—Idiota.
Sacó la mano del agua—Hay esto— me
enseñó una piedra. —Tienes
que dejar de fumar, eh, que no puedes ni
bucear.
—Calla
o te tragas la piedra. —le
advertí. Cogí impulso y con los dos brazos le lleve para abajo. Me salió el
tiro por la culata ya que yo tenía pensando nadar rápido hacia la otra orilla
pero ni si quiera me dio tiempo a darme la vuelta cuando ya me había
cogido por las piernas, tiró para abajo
y yo cogí aire abrí los ojos y le vi.
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