Cuando
todas salimos para fuera y nos sentamos en la arena, sacaron el tema de Poveglia.
—Iremos
este fin de semana no, al siguiente, he visto que hará buen tiempo. —Daira informó.
Nadie
puso ninguna pega porque discutir con Daira era un caso perdido.
—Mañana
vamos al centro.
—Yo
no puedo—repuse.
—¿Por?
—He quedado con Edgar—admití.
—He quedado con Edgar—admití.
—Pero
vamos a ver, que no me ha quedado claro, ¿Edgar es tu novio? —Laura hizo la pregunta del millón.
—No.
Bueno, no lo sé ¿Tú crees? —se rieron
de mí.
—Si
no lo sabes tú…—Angie me miro.
Eso
me dio qué pensar durante todo el camino de vuelta ¿Qué era Edgar para mí? ¿Qué
era yo para él? Y lo más importante ¿Qué éramos nosotros?
Cuando
me despedí de todas y quedé en verlas mañana Diego me siguió.
—Pensaba
que estabas entretenido con Bianca. —repuse, pero no me contestó. Volví a
hablar—¿Qué coño quieres que haga contigo Diego? Un día te enfadas, otro me
pides perdón, al día siguiente me dices que quieres pasar tiempo conmigo pero
cuando tienes la oportunidad coges y te
vas con Bianca ¿Cuál es la parte lógica de esto? —tampoco dijo nada. Le cogí de
la barbilla para que me mirara.
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