Vuelta a la rutina de Jesolo. Hoy iría con las chicas ya que hacía
bastante que no quedaba y tampoco quería desplazarme del grupo. Invité a
Cristina, seguro que las caería bien. Expliqué a Agata todo lo que había hecho
estos días y a Cleo y Rebecca como había conocido a Avril estos días. Ulisse y
Carla estaban por mi casa como el que no quería la cosa mientras yo no me
atrevía ni a mirarles a la cara. No había vuelto a hablar a Ulisse desde que
leí su carta. Entré en mi habitación dispuesta a tumbarme por un rato cuando
una mano muy familiar para mí no me permitió cerrar la puerta.
Carla rodó dentro de mi habitación y se sentó en la orilla de mi cama —No
contestaste mis mensajes —dijo en voz baja sin mirarme .
—Se me rompió el móvil— lo alcé para que lo viese —No tenía tu número, es
nuevo.
Asintió y se mantuvo callada, después de unos segundos de
silencio y de permitirme a mí misma sentarme en la cómoda renovó la
conversación —Te echo de menos.
La miré callada. La que calla otorga. Mi mirada lo decía
todo. Se acercó despacio a mi lugar y agaché la cabeza —Y yo a ti— me quité la
frialdad y me abrazó fuerte. Respiré agitadamente en su hombro — ¿Por qué
Ulisse? — me atreví a
preguntarla cogiéndola con ambas manos por los dos hombros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario