—Estoy marcando — dije canturreando una canción
inventada mientras ella se ponía roja — ¿Diego? — dije cuando lo cogió.
—¿Sí?
—Soy yo— miré a Cristina que negaba efusivamente con
la cabeza y coloqué un dedo delante suyo para que se callase.
—Lo sé — rio —Sale tu foto en mi pantalla cuando me
llamas — sonreí.
—He pensado que te podrías venir un rato, ya sabes
surf, ¿Está eso bien? — dije golpeando con mis dedos en la mesa de forma
ascendente y descendente.
—Hmmm— dijo pensativo.
— ¿Por favor? — rogué y Cristina me miró con cara de
pocos amigos.
—Está bien — soltó una risa
—¿Si? — intenté confírmalo.
—Te juro que te voy a matar — susurró Cristina
poniendo un dedo en su cuello y deslizándolo al otro extremo en señal de que su
dedo fuese un cuchillo.
—Te espero en mi casa — sonreí sacando la lengua entre
mis dientes y me dirigí a ella — Ya está, ¿ves? Fácil — me encogí de hombros
tirando el móvil dentro de mi bolso.
—Pero no quiero —agachó la cabeza.
—Claro que quieres, ¿no te gusta?
—Sí, es guapo —admitió.
— ¿Pero..? — pregunté sabiendo que siempre había un
pero .
—Pero él será interesante y yo no . — negó con la
cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario