— ¿Ha
pasado algo en casa? , ¿Dónde estás?, ¿te encuentras bien?— le oí preocuparse a
través de la línea.
—No, en
casa todos están bien — dije titubeando.
— ¿Entonces
cuál es el problema? — su voz sonando más tranquila y dulce me calmó levemente.
—Todo me
sobrepasa Ercole, y se supone que tú eres mi hermano mayor, y hace más de un
mes que ni te veo — lloriqueé como una niña pequeña necesitándolo.
—Sabes que
ando trabajando — chasqueó la lengua — Lo siento si te ha parecido así —escuché
el ruido de unas llaves — ¿Dónde estás?
—Estoy
trabajando — me limpié la nariz.
— Mándamela
dirección y paso a buscarte. Espérame, cálmate, por favor, ¿Tienes ahí el inhalador?
—No — dije
con un hilo de voz.
—Vale, no
pasa nada, ahora mismo voy — cogió aire —Te quiero — colgó y me quedé
escuchando el pitido de la línea por un minuto. Hubo un gran silencio. Me metí
en whatsapp evitando las demás conversaciones y
abrí el chat de Ercole, di a la opción ubicación y se envió en unos
segundos, bloqueé la pantalla y cogí mi ropa. Miré el reloj, quedaban menos de
cinco minutos para terminar mi turno y poder salir. Fui despacio al despacho de
mi jefe y llamé dos veces a la puerta.
Me dio paso
—Ya me voy — dije con una voz aún nasal recogiéndo de nuevo el casi plano
sobre.
—¿Pasa algo
Nina?— Jesús me miró.
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