Me callé y bajé la cabeza, escuché sus pasos decididos yendo hacía donde
se situaba Diego, quitándose el peto y colocando quad tras quad…
Fui tras el intentando seguirle el paso. El puño de Edgar incidió contra
la cara de Diego, que cayó al suelo sin esperar su ataque.
—Edgar— grité. Diego posó su mirada en mí y Edgar aprovechó para sentarse
encima sita, su puño iba repetidas veces a su cara. Le cogí por los hombros
echándole hacia atrás —Para— volví a gritar. Se levantó y me miró, su pecho
subía y bajaba rápidamente mientras se pasaba la mano despreocupadamente para
recuperar la respiración, pues ambas manos en su pecho y le empujé para atrás—
Mírame — le mandé y siguió mirando a Diego, que seguía tumbado en el suelo. Le
cogí la cara con ambas manos obligando a que me mirase — ¿Qué coño te pasa en
la cabeza? — dije en el mismo tono de antes.
—Nos están mirando — dijo en voz baja.
—No te importó que te mirasen mientras le golpeabas— grité más fuerte.
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