—Cuando quieres sabes explicarte, resulta que no eres
tan tonta como pensé — se rio y le tiré una servilleta.
—Cállate perra — fije la vista en sus ojos que se
achinaron al sonreír —Eres tonta — seguí en mis trece —Te odio — volvió a
sonreír — No te rías — le di —Va enserio, no te soporto — sonreí.
—Sabes que no — saboreó bien la cuchara — Sigo virgen
perdida, soy adorable.
La miré extrañada — ¿A qué te refieres? ¿Qué buscas?
Lo siento, no pienso hacerte perder la virginidad, pertenezco a Zac Efron — me
llevé una mano al pecho ofendida.
Ella rio
—Idiota — rodó los ojos — A eso me refiero, nadie se fija en mí — se
rio.
— ¿Por qué te ríes si eso de verdad te molesta? — me
puse seria.
—Ya, ¿qué quieres que haga?, ¿lloro? — se rio de
nuevo.
—¿Nunca te besó nadie...?— dije intentando quitarle
importancia.
—Sí, pero no enserio. O al menos yo no enserio, sólo
por besar, quiero besar a alguien de verdad, algunas chicas hablan de que se
sentían genial al besar, y yo me aburría, besaba como pasatiempo — se puso más
seria.
— ¿Y por qué le besaste si no estabas segura? —
cuestioné.
—Porque era una estúpida inmadura — rodó los ojos.—
Tonta, nerd, como prefieras llamarlo.
— ¿Por no quedarte atrás?
—Exacto, y me arrepiento. Es como cuando te haces un
tatuaje borracha sin enterarte y luego te maldices durante toda tu vida —
sonrió — Encima en un lugar a la vista.
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