Listaa

lunes, 19 de octubre de 2015

Página 479.

Edgar se había ido y eso era algo que debía superar, no estaba bien despertar a mi hermana gritando con pesadillas cada noche, no estaba bien llevarme una cucharada de cereales a la boca y tener náuseas, no estaba bien no tener fuerzas ni para andar, ojeras cómo lunas y mirada perdida.
Carla lo sabía. Abigail también. Ellas sí lo habían notado.
Carla repetía que mi sonrisa no llegaba a mis ojos, que ellos habían perdido todo su brillo...pero no ajustaba y me dejaba tiempo y espacio para hablar sobre el tema.
Abigail me hacía reír con disparates e intentaba cuidarme cuando lloraba, moqueaba, y berreaba como una niña pequeña.
Así que este día, de niña fuerte, valiente, y de leona salí del instituto, cómo lo había hecho durante un tiempo, que se había pasado muy lento, y bajé las escaleras con cuidado de no caerme. Mis rodillas aún sanaban, Agata las cuidaba y cambiaba los vendajes. Agata seguía ahí.
Me dirigí al habitual coche que llevaba pasando a recogerme una semana y entré sin decir palabra. 
— ¿Es un nuevo colgante?— lo alzó entre sus dedos mirando el anillo que llevaba colgando en mi cuello.
— Hmmm...— dudé un poco—  Ajá—  me abroché el cinturón de seguridad. Como llevaba haciendo algunos días desde que a Sam se le ocurrió la idea de venir a recogerme a la puerta del instituto. Me sentía culpable, por haberle ocultado todo lo que le llevaba ocultando desde que Edgar entró en el hospital, realmente me hubiese gustado que nuestros primeros días juntos no hubiesen tenido un comienzo tan amargo y silencioso por mi parte. 

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