—Sabes que
no se puede salir con nadie cuando estás de servicio — le recordó su padre, que
al parecer, antiguamente había pertenecido al cuerpo de policía. — ¿Por qué
agredió su hermano a alguien?
—Oh, su
hermano le defendió de un antiguo ex novio que la había golpeado a ella primero
— agaché la cabeza negando que pudiese estar pasando esto y prohibiéndome
levantar la vista. —Después la detuve, y la llevé a comisaria — siguió sin
miedo alguno mientras yo le aplaudía mentalmente — Y ahora estamos aquí.
Su madre
dejó caer el tenedor al plato disculpándose casi con su mandíbula rozando el
suelo — ¿Y... y trabajas? — intentó buscar una salida su madre.
Repasé mis
labios con la lengua, porque tenía la boca muy seca —Soy camarera — dije en voz
muy baja — Trabajo sirviendo copas — admití jugueteando con mis manos debajo de
la mesa —También estudio — hice una mueca.
—Oh,
genial, ¿Cuantos años te quedan de carrera ? — sonrió algo más conforme con esa
noticia y yo la miré estudiando su rostro.
—Mamá —
dijo Sam riendo — Ella no ha entrado todavía a la universidad , es menor de
edad. — la copa de su madre cayó al suelo impactándose y convirtiéndose en mil
pedacitos de cristal ahogándose en un pequeño charco.
—¿Sam? —
cuestionó su madre con voz temblorosa.
—¿Qué? —
dijo él comiendo como si nada, nadie más comía en la mesa, ni si quiera su
padre.
— ¿Estás
con una camarera menor de edad ex convicta ? — cuestionó.
Hizo un
gesto de deje con su mano —Acabó en comisaria por error — dijo llevándose el
tenedor a la boca. Me estaban ardiendo las mejillas.
—No puedo
permitirlo — dijo firme.
Sam explotó
— No puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro . Tengo 22 años mamá — dijo
arrastrando la silla y dejando los cubiertos de mala gana sobre el plato —Es mi
vida, son mis relaciones, y yo decidido con quién quiero compartirlas.
—Yo no
quería... — empecé a decir en voz baja.
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