Después de un largo día de oficina y después
de haber cedido a contratar a la más caliente de las secretarias a favor de
Abigail volví a casa para dormir y dejar pasar las horas muerta dispuesta a
estar preparada para mi cumpleaños.
A la mañana siguiente y con ayuda de Carla
para levantarme fuimos a comprar ropa, porque supuestamente debía andar bien
vestida por mi cumpleaños.
La gente por la calle no se atrevía a mirarme,
otros me decían felicidades y otros simplemente me sonreían. De bueno humor, o intentándolo,
les apropié con una sonrisa a cada uno y di las gracias amablemente.
Carla era la cosa más pesada que existía
cuando de moda se trataba y yo sólo quería volver a mi cómoda cara, sin el
infiel de mi ex novio, y echarme a dormir por horas.
Abigail apareció con su codiciada figura y di
gracias internamente al mundo por su aparición y haberme librado de más horas
de tortura con Carla- ¿Qué hay estúpidas?- saludó tan amablemente como antes-
Estoy contenta por ti Nina, ya sabes, seguro que hoy no te has tenido que
levantar con una tienda de campaña formada debajo de tus sábanas debido al mini
pene de tu ex novio - chocó las cinco con Carla y las recriminé- Le llamaré el
raripene, no es normal que fuese tan diminuto -siguió echando leña al fuego y
desistí. -¡Imagínate la cara de Nina al ver al raripene por la mañana y que el
tonto de su ex no le dejase ni probarlo! - se rieron ambas y yo gruñí ya
empezando a enfadarme- El raripene ha hecho una bendición a las putas de los
prostíbulos dejando de ir a visitarlos por no tener dinero, ¡Yo preferiría que
me quitasen toda mi empresa a tener que acostarme con él!- rodé los ojos
sabiendo que si rechistaba ellas se lo iban a tomar más a risa y seguirían con
el temita - Creo que el raripene medía un colín, ¿lo pillas Carla?- rio alto
Abigail limpiándose las lágrimas de los ojos- ¡COLÍN! RARI PENE TENÍA UNA
COLITA CHIQUITITA QUE MEDÍA UN COLÍN, ¡ÉL TENÍA UN COLÍN!- Carla casi se lanza
al suelo al entender la broma mientras yo entraba en una cafetería conocida.
-Un café muy cargado, por favor- pedí sabiendo
que tenía que soportar las estúpidas bromas de Abigail durante todo el día.
Ellas se sentaron a mi lado- Déjame decirte
que no me caía para nada bien.
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