Aparté la
mirada de la pantalla y me encontré con un CD, miré a ambos lados pero todo
parecía en calma, abrí el lector de discos en mi portátil y lo metí esperando a
que lo leyese, cambié los cascos de la clavija de mi móvil hasta la del
ordenador y miré a la pantalla esperando a que comenzase lo que tuviese que
comenzar. Se abrió una ventana de video y subí aún más el volumen de mis cascos
—Hola—
sonrió Edgar a la cámara y yo miré su pijama de hospital y la tenue luz de la
habitación— Sé que te debo una explicación —suspiró— Sé que no te he dejado
entrar a verme estos 17 días— llevaba la cuenta— Y que tampoco he contestado
tus llamadas, te diré la verdad, no sabía cómo empezar, qué hacer, qué decir,
pero aquí puedo borrar el video si sale mal, puedo retroceder en mis pasos si
lo estropeo, como siempre hago con todo— dejé que una lágrima cayese de mi cara
y toqué a la pantalla intentado acariciar su rostro, inconscientemente — Y por
eso llevo haciendo videos todos los días que llevo encerrado aquí— sonrió—
Mira— alzó una mochila en el aire que contemplé atónita — Este es el número 17,
tienes 16 vídeos más y 17 cartas más encima de la mesa— miré rápido a la mesa y
me encontré la mochila que salía en el video para luego desviar de nuevo mi
atención a la pantalla— Entiendo si no quieres leer las cartas, o si no quieres
ver los videos, ya me han dicho muchos amigos que has preguntado por mí, yo he intentado
mantenerte lejos el tiempo que he estado aquí y no involucrarte, por favor,
entenderé tu decisión, si decides que quieres hablar conmigo, llámame, estaré
dispuesto a cogerlo, y si no, lo entenderé , debo irme ahora— se cortó el video
dejándome con la pantalla en negro .
No hay comentarios:
Publicar un comentario