Bajé la carta de a poco y acaricié mi cara,
mis labios, como si él fuese el que lo estuviese haciendo ahora mismo.
-Nina...- dijo Agata con un tono melancólico
en la voz. Seguro que había visto todo lo que había dicho.
Me limpié las lágrimas rápido y dejé la carta
en la mesita de al lado - Agata- dije sollozando.
-Está bien -se acercó a mi lado a abrazarme y
respiré en sus pechos -Está bien - me tranquilizó -Todo está bien...- repitió acariciando
mi espalda y dejando pequeños besos en lo alto de mi cabeza.
Me tranquilicé de a poco y ella cogió la carta
para guardarla en la mochilita de mi hermana sin leerla y volver a mi lado - Carla me contó lo que hiciste, no
te enfades con ella- negué - Fue arriesgado meterte a buscar el llavero- ya eso
hasta yo lo sabía -Me recuerdas tanto al abuelo- acarició mi pómulo y peinó mis
cejas- Eres tan valiente como él, y por eso no me puedo enfadar contigo, eres
su viva imagen, y el abuelo acabó tan bien, lo hizo todo tan bien, que tengo la
seguridad de que lo que hagas también te hará acabar o llegar a un final en el
que las cosas salgan bien- cogí aire.
-Abuelo - dije en voz baja y agaché la cabeza
- Abuela, perdonadme.- jugueteé yo misma con mis dedos y Agata cogió a Taylor
para mirarme y esperar una respuesta -Pedí a Rebecca que lo trajesen - mentí y
chasqueó la lengua en señal de desaprobación para coger al gato, ahora de nuevo
adormilado .
-Nina...quiero que me escuches...- alcé la
vista - La herida de tu pierna- miré al yeso - Fue grave- se lanzó a la
piscina- Estarás dos semanas con escayola y luego te operarán -abrí bien los
ojos- Porque al parecer destrozaste un tendón bastante importante y como no
tenemos dinero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario