—Ah, eso—
soltó una carcajada aún mirando a la taza y removiéndola sin mucho interés— Así
debió ser, pero dejé de comer jamon york — se rio alto— empecé a comer lo que
quería, cuando quería, las bolsas que quería, la comida allí es horrible. Luego
decidieron ponerme gotero de suero, y mientras lo hacían bebí y comí aun que me
lo hubiesen prohibido, me gané a pulso quedarme allí veinte días— sonrió
negando y disfrutando de su propia broma, a la que yo, no estaba invitada,
porque claramente, no me reía.
— Pero
tampoco entiendo por qué tenías dieta blanda cuando te hicieron daño físico y
no algo interior— suspiré.
—Eso tampoco lo entendía— se puso en pie y
empezó a quitarse el botón del pantalón mientras me miraba
—¿Qué
haces? Estamos en la calle, ¿sabes? A demás yo no vine a hablar contigo para
terminar...
—Shhh— me interrumpió
bajándose los pantalones y dejándolos por encima de su rodilla, me llevé una
mano a la boca al verlo— Hemorragia interna— se los volvió a subir y sentarse—
Hasta el día después de que te fueses no se manifestó, perdí mucha sangre, no
entré en coma, que podría haber sido así, pero eso fue el desencadenante de
todo .
— Pero...
¿cómo pasó?
— Tus
hermanos son muy brutos— hice una mueca y él rio— A ver, me fui a dormir, me
dolía la pierna, pero pensé que bueno a lo mejor sólo me saldría un moratón y
al día siguiente me encontré con todo ese panorama — ahora el que hizo la mueca
fue él.
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