Listaa

martes, 20 de octubre de 2015

Página 498.

Hoy estaba sola, me hubiese gustado decir que era original, y había ido a otro sitio diferente que al acantilado. Pero mentiría. Porque estaba aquí. Con las piernas colgando y balanceándose hacia un vacío frío, empinado y de muerte segura.
El acantilado era mi propia oscuridad.
Yo era oscuridad.
Llevaba sobre mis hombros un alma negra. 
Escondí las manos en las mangas de mi sweater vino de lana y miré a las profundidades. El horizonte, el agua, el pueblo a lo lejos. Tan cerca pero tan lejos. Tan parecidos pero tan diferentes. 
Había impuesto una norma. Una norma a mí misma. 
Sólo podría leer las cartas de Edgar y ver sus videos en el acantilado. Aún guardaba un par de repuesto. 
En uno de esos videos salía la prima de Edgar, Avril, y los dos sonreían, y se veían cómo felices...sin yo estar ahí.
Creo que ese es en el más lloré. Porque yo estaba en el pasillo. Yo había pasado tres semanas de locura yendo a las clases mientras mis amigas me preguntaban qué era lo que me pasaba. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario