- Sí, debo elegir mejor, no me gustó, estaba
muy apretada- comentó siseando y haciendo un signo de no querer saber más de la
pobre mujer que acababa de quedar desempleada. -¿De qué me perdí?- volvió a preguntar.
-Lávate la boca y las manos y hablamos-
contesté repasando el contrato para los japoneses, rodó los ojos y se dirigió
al baño para luego salir impecable.
- Vale -dijo rendida tumbándose en uno de los
sillones- Cuéntame.
-Creo que es hora de que me libre de algunas
inversiones que sólo me han hecho tener pérdidas en mi vida - comenté
quitándome las gafas y mirándole.
Sonrió- ¡Te vas a librar del pito pequeño!-
comentó sonriente y rodé los ojos - Hasta mis dedos son más grandes que su
miembro - siguió sacando punta al asunto.
-Calla- le mandé cerrando los ojos con asco.
-Admite que si buscabas la compañía de otros
hombres era porque él claramente no te complacía.
-Tal vez era porque él no me tocaba ni con un
palo- admití y agaché la cabeza. Abigail se acercó a mí y me abrazó para
mirarme a los ojos seguidamente.
-Estoy muy orgullosa de ti, ¿lo sabes?- asentí
despacio y me hundí en su cuello- Estoy ansiosa porque conozcas a un nuevo
chico que merezca la pena .
El teléfono de mi oficina sonó y grité- SRTA.
CARTER , ¿POR QUÉ ME PASA LLAMADAS SI LE DIJE QUE NO ME INTERRUMPIERAN?
-Nina, le has despedido- me recordó.
-Verdad- dije yendo hacia el teléfono para
colgarlo y volver a mi posición con Abigail, me volvió a interrumpir mi móvil y
rodé los ojos .
-Atiéndelo, tal vez sea importante- lo saqué
de mi bolso de una reconocida marca y miré a la pantalla para enseñarle el
nombre a Abi- ¿Ese estúpido?
Descolgué y puse el manos libres- ¿Se puede
saber por qué estoy comprando unas corbatas y la tarjeta de crédito no me
pasa?- dijo enfadado y Abigail abrió la boca para hablar pero le interrumpí
haciendo un gesto con mi mano.
-Cerré la cuenta- comenté.
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