Listaa

martes, 20 de octubre de 2015

Página 508.

No importa la sangre que brote de tu cuerpo, lo cansada que estés física y mentalmente. No importa los peligros que corras en una situación, porque los riesgos te hacen sentirte viva. Y cuando no sientes nada es lo que más necesitas. 
Y eso es lo importante de la vida, un subidón de adrenalina después de una ruptura horrible. 
Temblé al ponerme en pie de nuevo pero hice caso omiso al dolor. Iba a llegar. Por mis santos muertos que lo haría. 
- Lo siento Nina, me voy- dije entre dientes- Lo siento, mamá no se encuentra bien- comenté para mí misma mientras mi vista se nublaba - Yo me voy y tú te quedas, yo me voy y tú te jodes- dije en voz baja avanzando poco a poco- Sé que no es bueno para ti, pero aun así lo hago porque no me importa una mierda lo que sientas Nina- pensaba dando pasos temblorosos- ¿Es lo mejor que puedes hacer Edgar?- escupí cuando una ola fuerte me hizo caer al suelo, y cuando arrastró agua para convertirse en otra nueva y darle fuerza a la que venía, me arrastró con ella, rasgando por completo mi espalda con la piedra. Me puse en pie de nuevo y me di un segundo para cerrar los ojos y respirar profundo- ¿Sabes que te digo Edgar? Que te jodan- hablé sola- ¿Esto es lo mejor que sabes hacer? ¿Enviarme una simple ola y tirarme al suelo? - pregunté cómo si él fuese el dios del mar -Hace falta mucho más que una ola para anularme Edgar- toqué mi espalda llorando por los raspones. Creo que ese fue en el momento en el que me volví loca. Loca de remate.
Estaba hablando sola, con las olas, con el mar, viendo su cara en cada gota que me salpicaba, sintiendo cómo si me golpease con los puños cerrados cada vez que se estampaba contra mí una masa de agua salada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario