Listaa

domingo, 18 de octubre de 2015

Página 467.

La dejé en el suelo intentando dejar de marearme y llevando mi mano a mi frente. Mil imágenes nuestras de noche, de día, de mañana, de tarde. Su sonrisa, sus brazos rodeando mi cintura y mis hombros, él olor de su pecho. Los desayunos en la cama, las tardes de persianas bajadas en las que yo leía y él me contemplaba leer. Porque a él le gustaba verme leer.
La hoja voló y salió precipitadamente hasta el borde -No, no, no- susurré levantándome rápido y yendo hacia ella cuando ya iba de camino directo hacía el vacío. Miré hacia abajo y la arrugué en mi puño, contenta con tenerla encerrada en mi mano y no entre el agua, que azotaba con fuerza contra el acantilado sin piedad intenté sujetarme con la otra mano mientras me resbalaba más y más, mi cuerpo cediendo rápidamente hacia el vacío -Mierda- susurré tocando sólo con las rodillas el suelo e intentando sujetarme con la mano a la única roca que tenía cerca. -Vamos Nina- cerré los ojos. No estaba colgando, podía hacerlo. Arrastré mis pies descalzos y tanteé el terreno intentando pillar mi pierna con algo para conseguir mayor sujeción. Apreté con fuerza la roca que tenía mi mano bajo su presión y cogí aire, yendo cada vez más y más hacia dentro. Si soltaba mi mano caería de cabeza. Si usaba la otra rompería la carta, ya mojada y endeble.
Me dolía la palma con la que estaba sujetada, las heridas haciendo aparición de nuevo. De un impulso rodé haciendo que por lo pronto, mi cintura estuviese en tierra firme. Me arrastré para atrás, sollando mi barbilla y mi piel en el proceso y en cuanto sentí mi codo tocar roca me impulsé como pude y me arrastré de nuevo para atrás. Estaba dentro. Estaba en tierra. Estaba a salvo. Respiré profundo. No sé de dónde había sacado la fuerza. No sé dónde la tenía escondida. Me froté la cara llenándome las mejillas de sangre, ahora nueva mientras contemplaba de nuevo mis piernas y mis codos, todos hechos una basura.

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