Levantamos una estructura de sábanas recreando
un camping al aire libre y Sam y yo entramos a la vez invitando a las dos a
entrar, vinieron detrás de nosotros, apagamos la luz con ayuda de un palo,
porque yo vaga siempre, y encendimos las linternas debajo de las capas blancas,
la habitación sólo era alumbrada por tres linternas que no paraban de bailotear
con nuestros movimientos. Hacía un calor agobiante ahí dentro y a regañadientes
me quité la sudadera de Sam.
Antes de que me diese cuenta Cleo estaba
subida en sus piernas mientras él la abrazaba tranquilamente. Increíble por su
parte. Desvié la vista y saqué un cuento. El de Lilo y Stich, con este
triunfaría seguro.
Fui leyendo con cuidado de no trabarme,
haciendo gestos, recreaciones y dando mucha entonación, de vez en cuando les
enseñaba los dibujos y ellas tiraban de unos pliegues que hacían a Lilo y Stich
salir en 3D.
Sam también leyó, y hasta yo le escuché. El
cuento les había entretenido por media hora. Plan B, tirar de bolsas de comida
basura.
-Venid- mandé a las mellizas- Quién gane este
concurso tiene opción a elegir la película que vamos a ver- señalé el portátil
y cogí la bolsa de nubes de azúcar- Abre la boca- Sam me hizo caso- Quien
enceste, al mejor de tres, ganará.
Rebecca tiró la primera y pese que Sam intentó
ayudarla moviendo la cabeza a la dirección que la había lanzado, falló.
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