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miércoles, 14 de octubre de 2015

Capítulo Treinta y Cinco. ¡Te prohíbo hablar con ella! No es buena para ti. Página 412.

- ¿Nina?- preguntó confuso con voz de adormilado-¡Nina!- confirmó.
-Soy yo- intentó incorporarse -No, no te muevas- le impulsé de nuevo contra el colchón y dio a un botón elevando la mitad de su colchón para verme mejor. Hubiese sido gracioso que hubiese hecho lo que hizo Homer en ese capítulo "Cama arriba, cama abajo, cama arriba, cama abajo" - Hmmm... Traje esto- saqué la barrita y sonrió. Señaló una estantería dónde estaban los regalos de los demás que le habían visitado.
La dejé con cuidado y arrastré una silla a su lado - ¿Cómo te encuentras?- sonrió ampliamente- Creo que debo darte las gracias por no haber puesto cargos contra mis hermanos- jugueteé con mi anillo nerviosa.
-Nina, me lo merecía- le miré- Y me alegro. No de pasar mis vacaciones aquí, mira mi pijama- se quitó las mantas, era horrible y no puede evitar reírme y él se unió.- Si me miras desde atrás se me ve el trasero, está completamente abierto - me reí aún más alto y él sonrió ampliamente hasta que me calmé - Quiero decir, que no me alegro de pasar mis vacaciones metido en el hospital, pero sí de que hayan salido a defenderte.
-Yo no lo pedí- me expliqué ya sin risas.
- Lo sé- asintió y se quedó una atmosfera de silencio por unos segundos que parecieron horas - Yo... bueno... ¿Qué tal la cosa entre tú y Diego?

Rodé los ojos -Olvida eso. 

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