Llegamos a la comisaria del pueblo. Me sacó
del coche y quedé delante de él, me cogía por los hombros guiándome.
Me condujo hasta un banco dónde efectivamente,
estaban sentados mis dos hermanos y los compañeros de piso de Ercole - ¿Les
conoces?- Asentí con los ojos acuosos mientras los dos me decían que me calmase
-¿Reconoces que son tus hermanos?- volví a asentir y abrió una de las esposas,
la agarró al barrote de hierro del banco y se fue.
-¿Por qué estás aquí?- Ercole me cogió de la
mano
-¿Qué has hecho?- repitió Ulisse.
-Nada- les miré - Estoy aquí por ser vuestra
hermana-
Volvió a aparecer Sam-¿Te hago las preguntas
aquí o prefieres en privado? - un policía se acercó a nosotros.
-Aquí- dije en voz baja.
-¿Reconoce ser cómplice?- miro a la hoja.
-¿Estás de coña?- gritó Ercole - Ella no ha
hecho nada- le miró- Te juro que cuanto me quiten las esposas escribiré tal
carta a tu superior que te quedarás sin trabajo en la calle. No tienes ningún
derecho a hacer esto, ¿qué pasa? ¿Que si alguien mata a una persona su hermana
también queda detenida? ¿A cuento de qué?- ¿Había dicho matar? ¿Ercole había matado a Edgar? ¿Qué? ¡Oh dios
mío!
-¿Estoy hablando contigo?- se giró hacia él.
-No, ¿verdad? Pues te callas- creo que ese fue en el momento en el que le cogí
asco. -¿Ha sido usted testigo de la pelea?
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