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viernes, 2 de octubre de 2015

Capítulo Treinta y Dos. Código de hermanos . Página 375.

El piso tenía poca luminosidad y las pocas luces que destellaban daban un toque amarillento, la puerta era vieja y de madera y las vistas desde la ventana eran un prado verde encharcado por la aún abundante lluvia. Di un paso delante y mi hermano cerró tras de mí. Agata había aceptado la idea sin poner pegas.
Había una pequeña cocina al lado derecho a la que le hacía falta una buena mano de limpieza, la pila y la encimera estaban llenas de platos sucios y comida por el suelo.
Después de fijarme en la poca organización escuché una voz poco familiar y levanté la cabeza. Una gran televisión plana ocupaba casi todo el salón, en ella salía la palabra "Pause" en grande, bajé la vista hasta la play y los mandos que descansaban en la mesa.
Casa vez te las traes más pequeña degenerado abrí los ojos de par en par y el chico sonrió.
Es mi hermana pequeña, gilipollas le contestó con voz de pocos amigos y el otro borró la sonrisa de su cara.
No os parecéis mucho dijo despacio y se volvió a dejar caer en el sofá verde que se notaba que estaba muy utilizado.
Bueno, fuera de aquí mandó mi hermano y se rieron. Ercole alcanzó el botón de la play que destellaba una lucecita blanca apagándola. Ambos se quejaron Es importante les miró con severidad Id a vuestra habitación, ella se queda aquí hoy. el chico que no había hablado me miró de arriba abajo y sonrió.
Ambos eran morenos y uno de ellos llevaba gafas. Se levantaron pesadamente del sofá y desaparecieron por un pasillo oscuro.  

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