Ercole me
condujo hasta su habitación, era muy simple. Tenía una estantería con
desodorantes y perfumes, una cama demasiado grande con la colcha a juego con
las paredes, otra televisión y una cadena de música.
Abrió la
puerta del armario empotrado mientras yo dejaba el peluche que me había
regalado sobre la cama.
—Estás mojada — me dio una
camiseta suya que me iba a quedar enorme y rebuscó por los cajones, después me
pasó unos pantalones con goma para apretarlos a tu gusto de chica. —Era de mi
ex —explicó —Los he lavado
—asentí. —Ve al baño —abrió la
puerta y me indicó —Cierra la puerta con pestillo —volví a
asentir y encendió la luz para cerrar la puerta a su paso. El baño era pequeño
y estaba descuidado a más no poder. Me aseguré de poner el seguro como me dijo
Ercole y me quité la ropa mojada. Me recogí el pelo en una coleta y me enjuagué
la boca con agua, la cortina de plástico que cubría la ducha estaba ya casi
rota, recogí mi ripa y salí de ese baño que no me gustaba ni un pelo, me traía
malas vibraciones.
Dejé la
ropa húmeda en el suelo dela habitación de mi hermano y recorrí el pasillo
hasta llegar al saló. Se escuchaban rusas procedentes de las habitaciones y
encendí el turbo para atravesar antes el pasillo.
Alzó la
cabeza y me miró sonriendo — Pizza de jamón
york y queso, ¿verdad?—asentí — Me alegro de
haberla pedido bien — me senté al lado suya en el sofá — ¿Alguna
película en mente?
—¿Podemos jugar a la play? — lancé y rio.
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