El resto de
la comida fue silenciosa. Me despedí de Ercole con un beso en la mejilla y me
dirigí andando hacia casa al lado de Ulisse.
—Nina, me alegro de volver a hablar contigo — dijo a
unos pasos de entrar por la puerta de
casa.
—Ulisse, todo olvidado — le abracé
lateralmente y me rodeó con sus brazos. Entré en casa con una de sus
extremidades rodeando mi hombro.
Agata
estaba en casa tumbada en el sofá —¿Lo pasaste bien
con Ercole?— se levantó del objeto cómodo.
—Sí, todo ha ido bien — excepto
por la parte de la comida que me pasaba por la cabeza una y otra vez.
—Por cierto, ha estado llamando Carla toda la
mañana — Ulisse y yo nos miramos.
—¿Será para ti o para mí?— Ulisse
cogió el fijo riéndose. Problemas de tener a tu mejor amiga de cuñado parte
uno.
Recordé que
seguía teniendo el móvil apagado, le quité el fijo de las manos y se quejó —Creo que es
para mí.
—¿Cómo lo sabes?— me siguió
y empecé a saber las escaleras mientras marcaba.
—Es mi mejor amiga Ulisse, yo lo sé todo, llámalo
intuición femenina — dije desde arriba y cerré la puerta de mi
habitación. Aún era la hora de la siesta y Rebecca y Cleo seguirían recuperando
fuerzas.
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