Listaa

lunes, 12 de octubre de 2015

Página 390.

—¿Se encuentra Edgar?— asintió y salió con un pantalón gris y sin camiseta, obviamente en pijama. Me miró de arriba abajo y chasqueé los dedos para que se centrase en mi cara — ¿No vas a la fiesta?
—No tengo con quién ir — comentó y se apoyó en el marco de la puerta. Según me habían contado sus amigos le habían dado de lado desde el accidente.
Me mostré fría —En verdad no sé por qué te cuento esto— resoplé y me miró con cara de no querer escucharme, Carla se puso en el mismo escalón que yo mirándole con asco— Mis hermanos no lo piensan dejar correr— Carla se puso delante mía por si acaso para protegerme de algún otro golpe — Carla, estoy bien — le retiré con delicadeza —Me quedaría más tranquila si pudiese verte y controlarte por la fiesta — negó —Vale, bien — me mordí el labio inferior — Entonces sólo no salgas de casa.
Bajé las escaleras con mi mejor amiga — ¿Por qué?— dijo desde la puerta y no le contesté y seguí andando —En el fondo sigues siendo una simple niñata enamorada de mierda— se rio de mí —Como un cachito de pan —cerró la puerta y miré a Carla alzando ambas cejas.
—¿Estoy más buena que el pan?— cuestioné.
—Más que una tableta de chocolate milka con oreo— me guiñó el ojo y sonreí pasando mi brazo por su hombro y abrazándole lateralmente.
—Te quiero, lo sabes, ¿no?— escondió su cuello en mi clavícula y apretó su cuerpo al mío. En momentos así una da gracias a dios por personas como ella. Por personas que no cambiarías por nada del mundo. Por tu mejor amiga.
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