Listaa

lunes, 12 de octubre de 2015

Página 400.

El hospital se encontraba en la ciudad, aquí había centros médicos. Nos quedaba un viaje al menos de 20 largos e incómodos minutos.
Titubeó un poco y luego soltó una oración del tirón — ¿Te duele?
—No te preocupes— acaricié su brazo y miró el gesto. Lo quité inmediatamente dándome patadas mentales por ser tan descuidada. —Otra vez perdón — repetí con nerviosismo.
Me miró y volvió a colocar mi mano en su brazo. Subí la tela con cuidado y miré el tatuaje. Era bonito, laborioso. Bajé despacio por su piel y acabé agarrándole la mano que la tenía cerca del freno de mano y el cambio de marchas. La entrelazó conmigo y sonrió. Tenía experiencia de sobra como para conducir con una mano y sólo hacía uso de la otra para cambiar de marchas, después de realizar su función volvía a su posición con la mía.
Llegamos y miré con recelo y pena como mi mano se separaba de la suya.
Nos sentamos en urgencias pacientemente —Esto siempre lleva tiempo — me volvió a coger de la mano y sonreí —Cuéntame de ti.
—Hmmm — dije dubitativa. — Vivo cerca de la playa, bueno más bien vivo en el puerto aislado, dónde se encuentra el campus de pesca, el que se adentra a las casas haciendo una especie de paseo — intenté explicarle dibujando patrones con el dedo en el aire.
—Sé dónde es —asintió.
—Vivo con cuatro hermanos en casa, el mayor ya vive sólo, tres chicas y dos chicos, somos cinco contándome a mí en casa —asintió.
—¿Y tus padres?
Mire a la gente que había en la sala y agaché la cabeza —Bueno...— balbuceé.
—Está bien — dijo llevándose mi mano aún entrelazada con la suya a los labios y besando cada nudillo —Cuéntame más —agradecí que cambiase de tema.

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