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martes, 13 de octubre de 2015

Página 405.

-Sube- pidió- Te llevo a casa.
-Que te jodan- le grité. Ahora me arrepentía también de darle mi número de teléfono, junto con haberme abierto la cabeza.
Se acercó a mí- Perdón pero es mi trabajo y ellos estaban delante. - se giró.
-Voy andando- Di media vuelta.
- Son las cuatro y media de la mañana, vas sola, con tacones, hace frío- miró a su alrededor -Te puede pasar algo, y tienes una brecha para colmo- Ercole y Ulisse me habían preguntado sobre ella pero había pasado de contestarles. No sabía si les iba a perdonar esta. Seguí andando- O subes tú o te subo yo.- comenzó.
Tiró de mí y me metió en el coche. Ahora también me arrepentía de haberle dicho dónde vivía. Mierda.
-Lo siento- empezó de nuevo y no le contesté. Había tenido el detalle de dejarme en la parte de delante y no en la de detenidos, todo una monada, ¿no crees?. Dude de si dar a los botones o no sólo para molestarle un poco, toquetearlos todos, hacer que se enfadase y me dejase en medio de la carretera, pero no.
Paró dónde me correspondía y bajó del coche para seguirme. Bajé las escaleras y tropecé con el último escalón, cómo no. Intentó levantarme pero pasé de sus brazos por orgullo, el poco que me quedaba. Seguí andando hasta la puerta de mi casa y llamó al timbre.

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