Listaa

martes, 13 de octubre de 2015

Página 406.

-¿Para qué llamas? -le regañé- Vas a despertar a mis hermanas. Tengo llaves- Agata abrió con cara de dormida y sus ojos se abrieron de par en par cuando vio a Sam.
-¿Pasa algo agente?- preguntó preocupada.
-Sólo me aseguraba de que esta señorita llegase a su casa sin sufrir ningún tipo de accidente- me miró- Mejor prevenir que curar.
-Muchas gracias señor- le dijo Agata bostezando.
Me dio un manotazo y se me cayeron las llaves al suelo, él bajó a recogerlas- Mañana te llamo- susurró.
-Ni si te ocurra, no quiero saber de ti- dije mirándole mal y entrando en casa. Cerré la puerta mientras él se despedía bajando levemente la gorra.
-¿Qué te ha pasado?- miró mi cabeza.
-Me he caído. Él me ha acompañado al hospital, Agata- le miré a los ojos -Ulisse y Ercole están en comisaria. Han pegado a Edgar.- intenté ser breve.
-Santo dios- se llevó las manos a la boca.
-Pero no vayas- le advertí- No te van a dejar hablar con ellos- agachó la cabeza y negó frotándose la frente- Voy a dormir, estoy muy cansada- le di un beso en la mejilla.
-No creo que pueda dormir yo ya- se apoyó en la encimera y subí las escaleras.
Me cambié de ropa y saqué un cuaderno, me dediqué a escribir, mi mano me dolía de lo rápido que iba pero algo dentro de mí me invitaba a que no parase, porque, realmente cuando escribes ¿A quién coño le importa cuál es la persona del narrado o el nombre de las figuras literarias que estés usando?.
Cuando escribes te evades, y eso es lo único que cuenta no hay reglas, sólo tú y el cuaderno.
Y así es cómo solté todo lo que llevaba quedándome día tras día dentro de mí.
Hoy me arrepentía de muchas cosas. De haber conocido a Sam, de haber soportado un golpe por Sam, de haber avisado a Edgar de que fuese a la fiesta, de tener unos hermanos tan sumamente borricos, de acabar detenida y en el hospital, resumiendo, me arrepentía de haber salido.
Aquella noche soñé con Sam.
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