Abigail se fijó de a por quién iba y se esmeró
en ayudarme en el proceso de dejarle la cara hecha un cuadro. Por raro que
parezca, ganamos, supongo que todas nos picamos particularmente con alguna.
Como es natural se lo restregamos todo eran risas y gritos hasta que Carla
volvió.
-¿Eso de ahí no es Sam?- se giraron muchas.
-Dios mío, ¿quién es ese hombre?- escuché y me
giré. Sí, era él. Levantó ambas cejas y me saludó con la mano.
-¿Cuántos años creéis que tendrá?- preguntó
Calpurnia.
-22- Dijo Carla con una sonrisa y cruzada de
brazos mirándole. Cogí mi bolso y caminé hacia él. Se había quitado el
uniforme, y los jeans le hacían mucha justicia, combinaba con una camiseta de
pico azul y manga corta que dejaba a la vista parte de su pecho.
-Espera, ¿no vienes a celebrarlo? ¡Iremos a
Venturelli's! - dijeron todas.
-Tal vez luego- dije despreocupadamente sin
darme la vuelta y me acerqué a él -Hola- dije dudando- ¿Qué haces aquí...?-
sonrió.
-De verdad que estás mejor con este uniforme-
rio- El volleyball realza el culo.
-Lo mismo digo de ti sin uniforme- le guiñé
volvió a sonreírme para saludarme con un beso en la mejilla, miré a las demás gritando,
haciendo gestos y sonidos obscenos e imitándome, creo que vi a Daira abrazarse
a su cuerpo y girarse como si alguien le estuviese besando desde la otra
posición.
-¿Cuánto tiempo llevas aquí exactamente?-
pregunté intentando hacer oídos sordos a los gemidos.
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