No pasaron más de quince minutos cuando las
dos ya estaban en un sueño profundo. Llevé a Rebecca a su cama, mientras Sam
hacía lo mismo con Cleo, recogí las bolsas, doblé las sábanas, guardé el portátil,
apagué las linternas y él fue a cargar lo que había sobrado al coche, ya que todo
el material, excepto el portátil, era suyo.
Arropé bien a Rebecca y le di un beso en la
frente, hice lo mismo con Cleo y se despertó cuando le quité la sudadera
despacio, mientras la cambiaba por otro jersey y le acercaba su peluche
favorito- Es suya, no nos la podemos quedar-dije dulce.
- ¿Es tu novio?- negué- Quiero que sea el mío-
sonreí por ese comportamiento poco habitual por parte de Cleo, pero si hubiese
sido otra persona hubiese acabado bastante quemada con ella después de ese
comentario- Nos casaremos- dijo enserio.
-Pero él es muy mayor- le di a entender. Cleo,
es mayor para mí, para ti como que ya es inalcanzable.
-Y tendremos bebés- siguió explicándome - Si
empre juego a papás y mamás- sonreí ante su imaginación, había dicho muchas
palabras seguidas, nunca comentaba nada -¿Tú crees que le gusto?- sonrió.
-Tú le gustas a todo el mundo- le di un beso
en la nariz - ¿Y el mío?- acercó sus labios a mi mejilla y sonreí -Ahora es
hora de dormir.
-Nina- se incorporó - No apagues la luz, las
cosas malas pueden venir- asentí acercándome a la lamparita que no
proporcionaba mucha luz y apagando el foco normal, salí y cerré la puerta.
Agata estaba hablando con Sam, miedo tenía.
-¿Duermen?- preguntó Agata.
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