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-Puedes elegir la que quieras- me miró y asentí- Si necesitas algo estaré en la habitación de al lado y el baño está en frente- me recordó y volví a asentir, me metí en la cama y me contempló .

-Buenas noches- apagó la luz cuando estaba arropada.

-Buenas noches- dije mientras me giré.

La  cama era pequeña, pero estaba bien, era cómoda. No era ni de lejos el peor sitio donde he dormido. La habitación tenía un ligero aroma a polvo, el reloj de la mesilla emitía un "tic, tac" que me estaba sacando de quicio. Me incorporé y me senté en la cama. Me peiné con las manos, me puse en pie y miré por la ventana. Esta daba a otra casa, de lejos las vistas de mi habitación eran mejores. Apenas me había dolido la cabeza hoy y di gracias a la pastilla que me solía tomar cuando tenía resaca.

¿Qué demonios? Me regañé a mí misma. Deja de hablar contigo misma y soltar idioteces, mueve ese culo y con él. Di un paso, la baldosa estaba fría, no conocía detalles ni las medidas que la casa así que sabía, y más siendo yo, que tenía un 90% de probabilidades de caerme, fui prudente y cogí el móvil agradeciendo al pequeño foco de luz que me guío el camino, salí de la habitación, di unos pasos y entré en la de Sam, dejé el móvil dónde había recordado que estaban sus relojes y entré en la cama sin decir palabra.

-Te estaba esperando- escuché su risa cerca de mi cuello cuando me rodeó con su brazo, quedé sobre su pecho, notando que tenía una leve capa de bello.